La Asociación PROYECTO CONVIVO es una entidad sin ánimo de lucro creada en León para ayudar a personas con discapacidad intelectual ligera e inteligencia límite y a sus familias. El ámbito de intervención es provincial.
Declarada de utilidad pública el 12 de mayo de 2021.
Facilitar apoyos y oportunidades para que las personas con discapacidad intelectual ligera e inteligencia límite puedan desarrollar sus proyectos de vida en una sociedad inclusiva que reconozca el valor de la diversidad.
Hacer de Proyecto Convivo un espacio de referencia a lo largo de su ciclo vital.
Conocer la realidad particular de cada persona beneficiaria para poder atender sus necesidades presentes y futuras.
Trabajamos para hacer posible la socialización de las personas con discapacidad intelectual ligera e inteligencia límite mediante un sistema de intervención individual y grupal que facilite estrategias y entrenamiento en
habilidades sociales.
Favorecer la inserción laboral de los beneficiarios informando y formando de todas las posibilidades que ofrece la sociedad y defendiendo su derecho a un trabajo digno y adecuado a sus capacidades.
Ayudar a las personas que forman parte de Proyecto Convivo a desarrollarse personal, social y profesionalmente.
La motivación de la gran mayoría de las personas que participan en Proyecto convivo es la de relacionarse con iguales. Trabajamos para que entre todos haya respeto, sinceridad, lealtad y solidaridad de forma que surjan amistades incondicionales y compañeros que se ayuden mutuamente.
Sabemos que las personas que participan en Proyecto Convivo van a conseguir grandes avances que suponen una alegría para todos y un impulso para seguir avanzando.
Este valor es uno de los pilares del mantenimiento de la asociación. Compartir, estar disponible, ofrecer y dar ayuda. Solidaridad en las relaciones basadas en la bondad entre personas, la empatía y la acción de “ponerse en el lugar del otro”.
La Organización Mundial de la Salud establece que una persona con inteligencia límite es aquella cuyo cociente intelectual se sitúa entre 70 y 85, es decir, justo por debajo de lo que se considera normal.
La discapacidad intelectual ligera se sitúa entre 50 y 70 de cociente intelectual.
Estas personas, además de la discapacidad intelectual presentan déficit en la capacidad adaptativa al menos en dos de las siguientes áreas, siempre antes de los 18 años: comunicación, cuidado personal, vida doméstica, habilidades sociales, utilización de recursos comunitarios, autocontrol, habilidades académicas, trabajo, ocio, salud y seguridad.
Sin embargo, las personas con inteligencia límite presentan capacidades suficientes para, con apoyos, alcanzar buen grado de autonomía en las actividades de la vida diaria.
El diagnóstico temprano permite orientar adecuadamente a las personas con estas características y ofrecerle los apoyos que le permitan desarrollar sus capacidades así como favorecer una correcta y adecuada intervención en todos los ámbitos.
Las características que pueden definir a las personas con inteligencia límite o discapacidad ligera,
de forma general y siempre teniendo en cuenta la diversidad existente en la práctica:
Sin rasgos físicos aparentes. Esta aparente “normalidad” tiene ventajas y también inconvenientes: les hace sentirse incomprendidos por familiares, a veces por profesionales, pero sobre todo por parte de las personas con quienes establecen relaciones secundarias.
Desfase entre su edad cronológica y su edad mental. A partir de la adolescencia, se hace más evidente la disonancia de capacidades e intereses con personas de la misma edad.
Falta de iniciativa y limitada capacidad para generar mecanismos racionales que les permitan la resolución de situaciones cotidianas.
Poca capacidad creativa que les impide adaptarse con éxito a situaciones novedosas.
Dificultad en la toma de decisiones y en la resolución de conflictos.
Dificultades en psicomotricidad (fundamentalmente en psicomotricidad fina).
Déficit de habilidades sociales.
Dificultades en las relaciones afectivas: relacionarse con las demás personas, hacer amigos y conservarlos, tener pareja y formar una familia.
Dificultades en la asunción de algunas responsabilidades consideradas propias de personas adultas: desarrollo de rol de padre o madre, control de recursos económicos propios y buscar trabajo.
Falta de iniciativa e improvisación, fuera de sus hábitos.
Dificultad en la organización del tiempo libre
Proceso de aprendizaje lento, que necesita más apoyo y más tiempo que sus grupos de referencia, para alcanzar el nivel que viene marcado por su propio Cociente Intelectual.
Déficit en la comprensión de dimensiones abstractas.
Dificultades para organizarse, ubicarse. Necesitan mecanizar, repetir la operación y aprenderla siguiendo un modelo previo.
Mayor peso de la inteligencia cristalizada (implica la capacidad para enfrentarse a tareas que requieren el entrenamiento, la escolaridad, y la socialización) que de la inteligencia fluida (indica la capacidad para solucionar problemas previamente desconocidos, mediante la adaptación y la flexibilidad).
Problemas de lectoescritura.
Dificultades en el desarrollo del lenguaje.
Dificultades en la gestión del dinero, en la devolución del cambio y en el valor del dinero.
Dificultades en la organización, gestión y planificación del espacio-tiempo.
Buen nivel de memoria selectiva en detrimento de otros tipos de memoria
Vulnerabilidad emocional.
Baja autoestima.
Baja tolerancia al fracaso y la frustración.
Más probabilidad de presentar cuadros de ansiedad y/o depresión, miedos, etc.
Inseguridad.
Aunque a un ritmo lento y necesitando apoyo suplementario, pueden desarrollar un lenguaje completo
en cuanto a la complejidad morfosintáctica y asimilar los contenidos de los primeros cursos
de enseñanza primaria, incluyendo lectoescritura y cálculo básico.
Pueden desarrollar puestos de trabajo en el que no tengan que tomar decisiones que impliquen
abstracción o manejar instrumental complejo, si tienen sentido de responsabilidad
y pueden seguir instrucciones simples.
La discapacidad es la cualidad de una persona que tiene impedida o entorpecida algunas de las actividades cotidianas consideradas normales, por alteración de sus funciones intelectuales o físicas.
Según las características que presentan las personas con inteligencia límite, podemos concluir que debe ser considerada
como discapacidad puesto que presentan limitaciones cognitivas, educativas, personales, sociales y laborales que hacen necesarios apoyos intermitentes a lo largo de su trayectoria vital.
Debido a todas estas limitaciones, es necesario que se reconozca con un mínimo de un 33% de minusvalía.